En las costas del océano índico, en la región de Tangalle, Sri Lanka, se encuentra un resort que es perfecto para quienes buscan a la vez una calma imperturbable y una aventura digna de contarse una y otra vez.
Al hospedarte en Amanwella, lo primero será ponerte cómodo en tu habitación, donde una alberca privada y una hermosa terraza con vistas al mar serán todas tuyas a lo largo de tu estancia. Las suites están lo bastante alejadas unas de otras para garantizar tu privacidad, por lo que podrás disfrutar del paisaje a tus anchas mientras decides qué hacer con tu día. El resort está equipado con una amplia gama de comodidades para olvidarte del mundo y sus preocupaciones, tales como un delicioso spa con técnicas ayurvedas y masajistas que irán a tu habitación apenas los llames, así como profesores de yoga que imparten clases sobre la arena y frente a las olas. Tras un día flotando en las nubes del paraíso, te esperará una tarde de relajación en el lounge flotante de la laguna Mawella, donde podrás avistar las bellas aves acuáticas de la región mientras terminas de regresar al planeta Tierra.
En las afueras también se encuentra una gran variedad de templos, cuevas sagradas, plantaciones de té y reservas naturales que podrás visitar para deleitarte con las maravillas naturales que se encuentran en Sri-Lanka. Podrás reservar un safari que te lleve a ver algunos de los animales más impresionantes del mundo en su hábitat natural, o bien visitar un santuario de aves en Bundala e incluso un santuario de elefantes.
Amanwella se enorgullece de su conexión con las comunidades locales de Sri Lanka, por lo que existe una variedad de actividades fuera del resort en las que podrás conocer más acerca del país y acercarte a su cultura. Podrás practicar deportes acuáticos como surf y snorkeling, y, si vas en temporada, incluso embarcarte para un avistamiento de ballenas azules, delfines y cachalotes, o bien levantarte temprano y acompañar a algunos de los pescadores locales en su viaje matutino, donde además aprenderás las técnicas de pesca de la región. O bien, si eres de intereses más bien culinarios, existe la posibilidad de acudir a cenar con una familia local en la villa cercana, donde si lo deseas también podrás aprender a preparar los platillos tradicionales.
El mundo está lleno de maravillas, y para conocerlas tan sólo necesitas la voluntad de acercarte y ampliar tus horizontes. Amanwella te ofrece un santuario de paz rodeado de belleza impresionante y una cultura maravillosa que te espera para mostrarte el mundo como nunca antes lo habías visto.
Fotos: cortesía.
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