Cuando pensamos en un santuario de paz y relajación, quizá la primera imagen que viene a la mente es un bosque o una cascada, el sonido del agua fluyendo en un cauce sonoro e impasible, mientras una brisa fresca nos alborota el cabello y nos acaricia la cara. Lejos, sin embargo, de bosques y arroyos, en el corazón del desierto del valle de Ashar, se encuentra un complejo donde la paz adquiere una nueva dimensión. En medio de magníficas formaciones rocosas y un paisaje de arenas cambiantes conocido como el museo vivo más grande del mundo encontrarás Banyan Tree AlUla, un complejo maravilloso que parece suspendido en el tiempo y el espacio.

             Apenas llegar te recibirá la vista de una serie de exquisitas villas que se funden entre las dunas del paisaje, todas decoradas con hermosos artefactos antiguos y a una buena distancia unas de otras, por lo que tendrás toda la calma y privacidad que puedas desear. Para el desayuno y la comida podrás deleitarte con exquisitos platos de comida árabe en el restaurante local, Harrat, un local lleno de encanto rústico y donde predomina la técnica tradicional del lugar. Para la cena el mejor lugar es, sin duda, Saffron, un restaurante Thai dentro del complejo donde impera un ambiente a la vez vibrante y colmado de sofisticación. De vuelta en tu villa, apaga la luz: la noche en en el desierto es un espectáculo incomparable, y las estrellas resplandecen con tal intensidad que parecieran descender sobre tu cabeza.             Un complejo innovador por la fusión de la tradición árabe y la historia de AlUla con toda la sofisticación de la alta cocina y la mejor hospitalidad, Banyan Tree AlUla es un sitio que destaca por la placidez de su excelencia. En una locación con un aire rústico, con todo lo mejor del lujo y el silencio majestuoso del desierto, ¿qué más hay que desear para el retiro ideal?

Fotos: cortesía.


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