Para encontrar un nuevo lugar en el futuro, en ocasiones los símbolos tienen que reinventarse. Tomar una nueva piel para abrazar lo que viene, sin dejar de lado los legados y la esencia de su mismo ser. Cerrada por remodelaciones durante los últimos meses, The Landmark, la icónica tienda de Tiffany en la esquina de la calle 57 con la Quinta Avenida de Nueva York finalmente abre sus puertas una vez más, dándonos la bienvenida a un nuevo mundo de maravillas en su interior.

 El de por sí ya icónico edificio de Tiffany es toda una leyenda: situado en una de las avenidas más famosas del mundo y adornado en su característico color azul, es prácticamente imposible pasar a un lado sin voltearlo a ver. Y es que la fachada tan siquiera recompensa con creces a quien posa la vista: el edificio fue desde sus inicios concebido en un estilo arquitectónico peculiar, que a pesar de su simplicidad sobresale en medio del caos neoyorquino.  Del pasado se mantienen las bien conocidas puertas revolventes con la estatua de Atlas sosteniendo el reloj; no obstante, al cruzar este umbral, el interior se transforma cual las caras de un diamante para revelar una nueva dimensión de fantasía.

La transformación de The Landmark ha sido extensiva: el piso principal ha sido renovado por completo para permitir el paso de la luz natural, al tiempo que ha incluido un fastuoso tragaluz facetado que hace honor a la historia de Tiffany y sus diamantes. Una hermosa escalera de caracol, adornada con cristales, conecta ahora de los pisos 3 al 8. Dondequiera que mires te esperan instalaciones interactivas y exhibiciones envolventes en torno a joyas y vajillas, así como obras de arte nunca antes vistas. Muchas de ellas han sido comisionadas explícitamente para la tienda, y las que no son piezas de renombre que recién se incorporan a la colección. Una deliciosa taza de café te espera en el Blue Box Café, a cargo del chef Daniel Boulud, y los tres últimos pisos, reinventados en un estilo arquitectónico contrastante, aguardan tu visita para cerrar los tratos de tu próxima adquisición.The Landmark podría ser un motivo de conversación para todo el día: es necesario ir y verla con los propios ojos para convencerse por completo de la transformación que se ha dado en su interior. Así pues, asegúrate de visitarla en tu próxima estadía en Nueva York, y deja que te envuelva en su última fantasía.

Fotos: cortesía.



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