Extendiéndose de Norte a Sur, Chile abarca una amplia franja del continente americano. En su interior se encuentra una gran riqueza cultural, geográfica y vegetal que se traduce en una amplia tradición culinaria llena de sabores y texturas con gran significado. Santiago, la ciudad ubicada en el corazón del territorio chileno, alberga a su vez un restaurante sin igual. Boragó, el cual podrás encontrar en el extremo noroeste de la ciudad, ofrece a sus comensales una experiencia insólita que celebra la enorme riqueza de la tierra en la que se alza, rindiéndole homenaje en cada uno de sus platillos. 

Uno de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo en 2021, el restaurante del afamado chef Rodolfo Guzmán cuenta con una propuesta que, más allá del arte, es todo un proyecto de antropología. A través de su cocina, Boragó busca acercarse a la esencia de Chile como territorio al incorporar ingredientes que se encuentran exclusivamente dentro de él. Algunos de ellos pueden obtenerse tan sólo un par de veces al año, por lo que no es de extrañar que el menú contenga deliciosas conservas, pétalos disecados y polvos de especias únicas que se amalgaman creando platos insólitos y maravillosos. El menú insignia, “Endémica, es un menú de degustación que consta de 15 a 18 preparaciones entre las que encontrarás deliciosas esencias de hierbas nativas, productos del mar, algas dulces, helados de la casa y pétalos de rosa del año en postres increíbles.  Los vinos, asimismo, provienen de huertos familiares y pequeños productores de todo el territorio, y son cuidadosamente seleccionados por el sommelier para complementar a la perfección cada uno de los platillos.


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Fiel a su ideal de crear una cocina puramente chilena desde su concepción, Boragó se ha aliado con comunidades recolectoras, pequeños productores y pescadores a lo largo y ancho del país que se encargan de reunir todas estas exquisiteces para la cocina, además de una fantástica granja orgánica a tan sólo 30 minutos del local. El contacto directo con cada uno de los miembros que participan en la producción de los alimentos – desde quien los cultiva hasta quien los sirve en la mesa, pasando por la mente maestra detrás de las creaciones del restaurante – ha creado un círculo virtuoso del que el Chef Guzmán se enorgullece, y que ha dado origen a un entorno más justo para todos los implicados.

Con una cocina inigualable y en constante exploración, Boragó ofrece en su menú una experiencia que va más allá de la comida, y que echa raíces en la misma tierra sobre la que se encuentra. Los ventanales del comedor, que se abren a las hermosas faldas del Cerro Manquehue, crean una vista magnífica perfecta para una cena como ninguna otra. El sabor de la comida no tiene igual: maravilloso, inconfundible y lleno de identidad. Boragó encarna, sin duda alguna, el alma de Chile en sus creaciones, siempre cambiantes y de una exquisitez permanente.

Fotos: cortesía.

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