El placer es la guía principal de la experiencia humana. Está en nuestra naturaleza buscar sentimientos agradables, disfrutando de la máxima comodidad siempre que sea posible. Muchas ciudades modernas parecen oponerse directamente a esta idea, con su ajetreo diario y estrés ruidoso acechando cada esquina. París, como una de las ciudades más concurridas y animadas del mundo, podría considerarse como un excelente ejemplo de una rutina apresurada, sin embargo, esconde algunos de los espacios más interesantes y relajantes del mundo, el más privado de los cuales tiene que ser el Hotel Particulier Montmartre.
Los Hôteles Particuliers generalmente se consideran grandiosos, similares a una mansión de antaño. El Hotel Particulier Montmartre, sin embargo, puede describirse como el hotel más pequeño de París. Concentrado en las cosas más encantadoras, es una referencia establecida en París, un pequeño campo en el corazón de la ciudad.
Anteriormente, el edificio fue el hogar de la familia Hermes, que utilizó su notoriedad para construir una mansión verdaderamente excepcional con el jardín más grande de la capital. Dirigido por Monsieur Oscar Comtet, la vitalidad y la exuberancia emanan de cada experiencia en el Particulier. Hecho para epicúreos, aquellos que realmente buscan el máximo placer y disfrute, el hotel ofrece exclusividad y privacidad sin igual en todo París. Solo cinco habitaciones están disponibles en el recinto, cada una con sus propias características únicas.
Hotel Particulier Montmartre.
Las Junior Suites de 35 metros cuadrados ofrecen dos interpretaciones diferentes de lujo. La primera, la Vitrine Suite, muestra una estética setentera con sus cortinas y alfombra color camello, y sus cortinas a rayas al estilo niño viejo. Inspirada en la antigüedad, la habitación también funge como área de exhibición para objetos extraños y curiosos, así como una obra maestra del artista Philippe Mayaux, quien también diseñó el aspecto general de la suite. La Végétale Suite está decorada en verde y rosa, restaurando la energía y la paz con sus tonos relajantes y vistas al jardín. El baño incluso tiene grandes ventanales y espejos venecianos que realzan aún más la sensación natural de la Suite, toda diseñada por Martine Aballéa y Morgane Rousseau.
Las dos Superior Junior Suites cubren 45 metros cuadrados y también están divididas temáticamente. La Arbre A Oreilles pretende ser un espacio fuera del tiempo con un baño central y decoración barroca que incluya telas de seda y enormes espejos de cuentos de hadas. Hojas doradas adornan el tapiz japonés en esta habitación única y elegante. La Poèmes & Chapeaux Suite es la más contemporánea del hotel, en tonos blancos, grises y negros con un baño central y vibras de los cincuenta. Mathieu Paillard y Oliver Saillard diseñaron la habitación inspirada en las pinturas de Mondrian, mostrando los volúmenes secretos de París.
Finalmente, la suite más exclusiva es la Deluxe Eiffel Suite de 85 metros cuadrados, a la que se accede a través de una escalera privada. Este amplio loft tiene vista a la Torre Eiffel. Retratos por Natacha Leseur cuelgan de las paredes en este pequeño nido, un pedazo de cielo en el corazón palpitante de París. Todas las Suites incluyen una cama Super King, Wi-Fi, baños en-suite, aire acondicionado, batas de baño y amenidades tecnológicas complementarias, y la Eiffel Suite incluye una bañera y refrigerador en la habitación.
Las experiencias en el Particulier también incluyen los mejores restaurantes de la ciudad. El Grand Salón es el restaurante donde el chef Gabriele Faiella crea un entorno encantador y platillos de primera desde el desayuno a la cena, incluida la hora del té, el almuerzo, y el brunch. Escondido en los jardines, el Três Particulier ofrece cócteles sofisticados y un ambiente proporcionado por música de piano en vivo todos los miércoles.
Toma un descanso del ajetreo de la vida urbana y deleitate por el hedonismo más refinado del estilo de vida parisino. Pasea por los pasillos históricos y jardines exuberantes del hotel Particulier Montmartre y déjate absorber por el verdadero placer.
Fotos: cortesía.
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