
Sudáfrica revela un secreto inesperado: la posibilidad de vivir el mar y la sabana en un mismo viaje, sin renunciar al confort absoluto. Este destino, aún poco explorado por los viajeros de alto perfil, ofrece una travesía donde el lujo se manifiesta tanto en las olas del Índico como en la intimidad de una tienda de safari junto al rugido de un león al amanecer.
El itinerario inicia en las costas de Sudáfrica, un paraíso para surfistas, senderistas y hedonistas del buen vivir. Desde las cumbres del Cederberg hasta la Garden Route, cada paso revela paisajes monumentales y experiencias inolvidables. La cocina local, con acentos globales y productos del mar, seduce incluso a los paladares más exigentes.

El clímax llega en Thornybush Game Reserve, una joya natural colindante al Parque Nacional Kruger. Allí se encuentra Saseka Tented Camp, un santuario contemporáneo que redefine el safari tradicional. Con solo unas cuantas suites —cada una con terraza, piscina privada y ducha al aire libre— Saseka fusiona diseño, privacidad y una conexión espiritual con la tierra africana.
Organizado por Wilderness, líder en hospitalidad de conservación en África, este viaje no solo ofrece experiencias extraordinarias, sino que deja una huella positiva en el continente. Sudáfrica, en esta propuesta, no es solo un destino: es un manifiesto del lujo moderno, sostenible y transformador.


Fotos: cortesía.
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