A lo largo de la historia, a los seres humanos nos ha fascinado el tiempo: este concepto vago y etéreo, a la vez tan tangible en sus efectos y en su paso. Por milenios hemos tratado de medirlo y entenderlo, creando mecanismos cada vez más complicados con tal de tener el tiempo entre las manos. Estos días parecería que hubiésemos logrado lo imposible: domar el tiempo, encerrar el paso de las horas en una caja de engranes y manecillas, donde el segundero lleva el tempo de un vals artificial.
En un mundo que se mueve cada vez más rápido, el tiempo se ha vuelto escaso: el mero acto de detenerse a leer el reloj puede ser un lujo exquisito y liberador. Es bajo esta premisa que surge Trilobe, la marca de relojería francesa que busca reinventar el concepto del tiempo a base de arquitectura, diseño y poesía. Sus relojes son un desafío a la simetría y a los patrones tradicionales, y es que sus carátulas se parecen a todo menos a la idea convencional de un reloj. En lugar de un juego de manecillas girando en el centro de un dial, el reloj de Trilobe nos presenta con una visión fantástica y excéntrica: el anti-reloj. Compuesto de tres anillos anidados uno en otro que giran sobre su propio eje en el sentido contrario al de las manecillas, la forma de leer estas maravillas de la relojería es guiándose por los hermosos apuntadores góticos que señalan la hora, minuto y segundo. El encanto se completa con el segundero en forma de rosetón que evoca la radiancia de las vidrieras de las catedrales: un dejo arquitectónico y luminoso en el corazón del movimiento.
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Ahora bien, este año en el Only Watch Trilobe estará presentando una pieza única para el deleite de los amantes de la relojería y lo maravilloso: La Réciproque, un reloj de mesa que raya en los límites de la fantasía. Esta particular obra de arte fue diseñada en colaboración con el afamado artista Daniel Buren, que ha contribuido a crear una obra maestra del caos. La hermosa carátula presenta un patrón a rayas blanco y negro que se transforma con el pasar de las horas, llegando a alinearse únicamente dos veces al día. Asimismo, la máquina se encuentra protegida en la parte posterior por un vidrio transparente que revela el interior rojo escarlata que late como un corazón. La proeza de ingeniería que da vida a La Réciproque es nada más y nada menos que una X-Centric Calibre, una de las máquinas maravillosas que hacen funcionar a cada uno de los Trilobe.Diseñados en Francia y hechos en Suiza por Le Cercle des Horlogers de La Chaux de Fonds, cada uno de los relojes de Trilobe es el resultado de años de experiencia de los maestros relojeros que ponen siglos de técnicas ancestrales al servicio de los más altos estándares de calidad. Si disfrutas del mundo de la relojería, el arte y la excentricidad, este 6 de noviembre no podrás perderte la creación conjunta de Trilobe y Daniel Buren en el Only Watch: LaRéciproque, el reloj que danza con los hilos del tiempo.
Fotos: cortesía.
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