La belleza, la opulencia y la buena comida son tres elementos que no pueden faltar en la experiencia de lujo. En medio del acelerado ritmo de hoy en día, un oasis de entretenimiento se yergue en una de las zonas más exclusivas de Londres: un edificio donde se reúnen las más reconocidas personalidades de Inglaterra, y donde la fantasía es la norma.
Fundado en 1963 en el sótano del 44 de Berkeley Square, el club privado que comenzó como un simple lugar de reunión para Mark Birley y sus amigos se convirtió pronto en el espacio por excelencia de las élites de Londres, y ha sido frecuentado por grandes personalidades a lo largo de su historia. En 2018, el Annabel’s se reubicó al 46 de Bekerley Square, para abarcar no sólo el sótano, sino el edificio completo. La mansión georgiana de 4 pisos alberga 26,000 pies cuadrados de salones, comedores y un jardín maravilloso en los que los miembros pueden entretenerse y relajarse, además de disfrutar de las deliciosas bebidas y cenas que aquí se sirven. El rediseño a cargo del aclamado Martin Brudnizki Design Studio se enfoca en crear una atmósfera maximalista y decadente; todos los diseños de tapices interiores son exclusivos y a medida, y a menudo uno puede encontrarse con detalles bordados, esculpidos y pintados a mano.
En el sótano, fiel a la tradición del club original, se encuentra el Club Nocturno acompañado de su Jungle Bar, un paraíso subterráneo inspirado en el Jardín del Edén de Peter Wenzel (1745-1829). Este rico espacio nocturno es un deleite a la vista, con palmeras de vidrio y latón a forma de pilares, y espejos pintados a mano que reflejan un paisaje exótico y exuberante. Las paredes y la tapicería están bordadas con pájaros de colores, follajes tropicales y diseños animal print, y la pista de baile cuenta con un mecanismo hidráulico que le permite convertirse en un escenario elevado para presentaciones artísticas.
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Al subir las escaleras al nivel de la calle uno se topa con la frescura del mediodía, y puede elegir entre el Salón de las Rosas y el Jardín para pasar el tiempo. El Salón de las Rosas es un comedor de belleza incomparable, con acabados de trampantojo en hoja de plata y detalles de oro pintados a mano, candelabros en forma de iris y tulipanes, y una barra iluminada de ónix rosado que ha sido tallada para asemejar pétalos de flores. El jardín, por su parte, es un espacio fresco y siempre verde. Cubierto por un domo de vidrio que se retrae en los días soleados, el jardín es el lugar ideal para relajarse rodeado de la naturaleza y degustar deliciosos aperitivos, ya sea al sol del mediodía o bajo la luz de las estrellas.
Si seguimos subiendo, en el primer piso nos encontraremos con el Elephant Bar, un sofisticado espacio para trabajar u orquestar reuniones laborales de lunes a viernes, de 9am a 6pm. Cuenta con un menú de aperitivos inspirados en la cocina asiática que se combinan delicadamente con bebidas provenientes de las tierras del Este. Es un lugar de relajación, con muebles acolchados, telas exóticas y murales pintados a mano que, cual espejismos maravillosos, reflejan paisajes imaginarios en tierras lejanas. En este piso también encontraremos los dos salones privados, que pueden ser reservados para cualquier comida del día y cuentan cada uno con su propia temática y decoración exclusiva. El Salón Plateado tiene vistas al jardín, y le debe su nombre a sus molduras georgianas con bordes en hoja de plata. Este salón bañado en luz natural y candelabros art-déco tiene un aire elegante y refinado, por lo que es perfecto para eventos y celebraciones. En cambio, si lo que uno busca es una experiencia de belleza y fantasía, el Salón de las Flores es el lugar indicado. Con ventanales de doble altura, sus paredes adornadas con flores de seda y bordados de cerezos en flor, la temática botánica de este salón privado le confiere una atmósfera de esplendor equiparable a un cuento de hadas.
En el segundo piso está “The Mexican”, un restaurante que se transforma con el pasar de las horas. De día es un ambiente relajado e informal, lugar de citas y un buen espacio para llevar la computadora y sentarse a trabajar. Al caer la noche, sin embargo, se convierte en una fiesta y una aventura culinaria: platos inspirados en la tradición mexicana, una carta de cócteles exóticos y la mayor colección de tequila y mezcales de Europa convierten una noche en The Mexican en una experiencia inolvidable.
Finalmente, en la cima del edificio se encuentra Matteo’s, el más nuevo restaurante de Annabel’s. Abarca todo el tercer piso, y es la mezcla perfecta entre tradición e innovación: inspirado en el Annabel’s original, presume de un rico decorado en tonos de oro, maderas finas y paredes de espejos. Aquí se sirven los más deliciosos platos italianos acompañados de los mejores vinos que Italia tiene para ofrecer, con una exclusiva colección de botellas de Barolo y La Toscana. Además del esplendor de Matteo’s, el tercer piso se destaca por sus lavatorios: manteniendo el estilo del resto del establecimiento, las paredes y techos de los baños se encuentran recubiertos de coloridos murales de mosaico de vidrio que evoca escenas de la jungla. Los lavabos en especial son obras de arte en escultura: un cocodrilo de ónix verde en el baño de hombres, y lavabos en forma de begonias de ónix rosa en los tocadores para damas.
Para completar el tour hará falta pasar por el humidor, una elegante sala diseñada para los conocedores del tabaco. Es aquí donde los miembros del Annabel’s pueden adquirir los más finos cigarros originarios de cuba, además de tener acceso a las selecciones de cigarros vintage que el club ofrece.
El club cuenta con una estricta política de privacidad pensada para la comodidad de sus clientes, por lo que el uso de celulares y cámaras fotográficas está prohibido al interior de las instalaciones con excepción de los pasillos y The Mexican dentro de horario laboral. Asimismo, se requiere cumplir con un código de vestimenta que, si bien no es en exceso estricto, ayuda a hacer énfasis en el ambiente de sofisticación de los espacios. En Annabel’s la exclusividad lo es todo, por lo que para ingresar en sus instalaciones uno debe de ser miembro del club, o haber sido invitado por uno. Es posible aplicar para una membresía, o bien obtenerla por recomendación; la alta sociedad de Annabel’s está siempre en búsqueda de personalidades frescas, interesantes y elegantes con quienes pasar el tiempo en sus salones.
Fotos: cortesía.
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