Lucir bien no siempre significa un gran esfuerzo, hay ocasiones en las que con solo abrir el closet y elegir ciertas prendas sin detenimiento puede crear un gran impacto, siempre y cuando se tengan las piezas correctas a la mano. Una de las prendas más versátiles que logra este efecto con facilidad es una playera básica, que se puede vestir de manera casual o informal.
La clave para lucir de manera correcta con esta prenda es la atemporalidad. Es necesario escoger una camisa que se pueda mezclar bien sin importar la hora, clima, temporadas, estilo, color, material o diseño. Una de las primeras premisas es tener una playera en tonos sólidos y neutros como negro, blanco, azul y gris que ayudan para cualquier ocasión. Un gran ejemplo es usarla con jeans en tonos oscuros o claros, siempre que sea una playera sólida sin estampados, complementando con una chamarra de mezclilla o una bomber jacket en un color contrastante y rematando con el calzado que puede ser tenis, botas o algún zapato clásico.
Sin embargo, para personas cuyo estilo es más desenfadado, el uso de color será el eje focal del outfit; por ende, los tonos más resaltantes como el amarillo, rojo, rosa, turquesa, serán los preferidos. Es recomendable que las prendas complementarias sean en tonalidades más oscuras para crear un balance visual y no una saturación de color.
Lucir casual con sólo una playera básica es fácil y es una gran opción si lo que se busca es estar cómodo y verse bien sin necesidad de una camisa. Para lograrlo, pueden escogerse los tres colores más simples: negro, gris y blanco, que siempre quedan bien con un blazer y un par de chinos en color camel o gris, o bien pantalones de mezclilla.
Para una ocasión casual-formal una de las opciones más arriesgadas es utilizar una playera y un traje, no obstante, existen varios factores que se deben tomar en cuenta. Por ejemplo, el color del saco y pantalón que se van a llevar y que éste no desentone con la playera en cuestión. Algunas de las combinaciones que nunca fallan son: traje en color negro con playera negra o blanca; o bien un conjunto de pantalón y saco en gris con una playera blanca. Además, para los más arriesgados que busquen un poco de color puede optarse por un pantalón y saco en color azul, playera blanca y unos zapatos en color camel o café.
Fotos: cortesía.
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