En el mundo de la alta cocina, donde la creatividad y la tradición se entrelazan en un delicado equilibrio, destaca la figura de María Lo. Su nombre se ha convertido en sinónimo de excelencia culinaria, combinando la autenticidad de las recetas tradicionales con un toque personal que las hace únicas. En esta entrevista exclusiva, descubrimos el origen de su pasión, su inspiración y su visión para el futuro en el universo gastronómico.

Desde una edad temprana, María Lo se sintió atraída por el mundo de la cocina, un amor que floreció observando a su padre cocinar con esmero y dedicación. “Mi interés por la cocina viene desde bien pequeñita, cuando veía a mi padre preparar todo con mucho cuidado y cariño. Me llamaba mucho la atención todo el ritual previo a empezar a cocinar”, nos cuenta María, recordando esos momentos en los que el arte de la cocina se transformaba en una expresión de amor y dedicación.

La influencia de su familia fue fundamental en su desarrollo culinario. “Por parte materna, mi abuela y mis tías cocinaban muy bien y siempre nos reuníamos todas las semanas al menos un día para comer todos juntos”, rememora. Esta tradición familiar de compartir y celebrar a través de la comida dejó una huella imborrable en su forma de entender la cocina: como un acto de amor y cuidado.

Para María, la inspiración proviene de la calidad de los ingredientes y la búsqueda constante de nuevas combinaciones de sabores y texturas. “Me inspira la buena materia prima, buscar combinaciones de sabores y texturas nuevos, emocionarme con la comida”, afirma con entusiasmo. La tradición también juega un papel crucial en su cocina, no solo la española, sino también la de otras culturas, las cuales considera como fuentes inagotables de historias y conocimientos que enriquecen su repertorio culinario.

Su viaje en el mundo de la gastronomía comenzó en la adolescencia, experimentando y recreando en casa los platos que probaba en restaurantes. Esta pasión se intensificó cuando sus amigos y familiares comenzaron a elogiar sus creaciones, lo que la motivó a invitar a más personas a disfrutar de sus comidas. “Empecé a cogerle el gustillo a invitar a gente a casa, cocinar para ellos y verlos disfrutar comiendo”, nos dice, reflejando el placer que encuentra en compartir sus platos.

María defiende una cocina accesible para todos, independientemente del poder adquisitivo. “Para mí, el buen comer no depende del poder adquisitivo de las personas”, explica, abogando por una cocina que también sirva como medio educativo, enseñando a apreciar los ingredientes en su mejor momento. Su enfoque en la temporada y la procedencia de los ingredientes subraya su compromiso con una cocina consciente y respetuosa con el medio ambiente.

El proceso creativo de María es espontáneo y fluido, basado en la intuición y el equilibrio de sabores. “Para mí es muy importante que un plato no aburra en boca y para eso es necesario que existan varios elementos que se complementen entre sí”, comenta, destacando su habilidad para crear platos dinámicos y evolucionantes que sorprenden y deleitan a quienes los prueban.

A pesar de su éxito, María sigue siendo humilde y consciente de los desafíos en su camino. La exposición en redes sociales puede ser una espada de doble filo, pero ella ha aprendido a mantener su autenticidad y a construir su carrera de manera coherente y fiel a sus valores. “Lo más importante es construir de forma coherente y consciente con los valores de cada uno porque al fin y al cabo eso es lo que hace que el resultado del trabajo sea único”, reflexiona.

Con un libro de recetas recién terminado y planes para abrir su propio espacio culinario, María Lo continúa emocionando y conectando con las personas a través de su cocina. Su historia es un testimonio de la pasión, el esfuerzo y el amor que impregna cada uno de sus platos, haciendo de su cocina un verdadero arte.

Fotos: Shine Iberia y Lucas Amillano.

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