La fuerza de un legado es innegable; hay un cierto grado de refinamiento que sólo el tiempo es capaz de conferir, cuando siglos de excelencia se entrelazan para crear nuevas maravillas en el presente. Ferdinand Berthoud, quien fuese un maestro relojero y cronometrista naval en la Francia del siglo XVIII, dejó un legado como ningún otro. Tras dedicar su vida a sus relojes y sus aprendices, hoy su trabajo se encuentra entre los más celebrados del mundo de la relojería, y ha dado pie a una larga tradición de transmisión de conocimientos de generación en generación.


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Como alguna vez hiciese Berthoud, los maestros del taller de Ferdinand Berthoud en nuestros días tomaron a un joven estudiante de relojería y le encomendaron una tarea titánica: diseñar una complicación doble a manera de proyecto de graduación. Tras dos años de arduo trabajo, este joven relojero entregó la que será la primera de sus muchas creaciones: el Chronomètre FB RSM, un flamante reloj cronómetro inspirado en el modelo original de Berthoud, el Reloj Marino N. 8, que en su tiempo perteneció a Luis XV. Una máquina de increíble precisión, cuenta con un regulador con tourbillon de transmisión huso-cadena inspirado en los cronómetros marinos de Berthoud, además de un mecanismo de segundero muerto independiente y mecanismo de parada de segundos. Como es de esperarse, cumple con los más altos estándares de exigencia, y su precisión horaria se encuentra garantizada por el certificado de cronometría del COSC.

La genialidad y la belleza a menudo van de la mano, y este es claro el caso del Chronomètre FB RSM.  Este elegante modelo cuenta con una esfera de oro de 18 kilates grabada a mano, de color a elegir, y una visualización de tipo regulador, con las horas indicadas en un disco rotatorio a las 2 en punto. Los minutos, por su parte, se encuentran en una subesfera bellamente esqueletizada a las 12 horas, y el mecanismo del segundero muerto es visible a través de una apertura a las 9 horas. El movimiento, ligero y refinado, cuenta con 9.8 mm de grosor, y puede ser colocado dentro de una caja redonda u octogonal, de acuerdo con los deseos de su futuro dueño. Es tal la precisión y la rareza de un trabajo como estos que Ferdinand Berthoud ha acordado que solamente se producirán veinte piezas en total del movimiento, y cada una será personalizada con correas, grabados y trabajo artesanal de la más alta calidad.El trabajo de un verdadero maestro no puede sino convertirse en legado con el paso del tiempo. Ferdinand Berthoud, un maestro del tiempo brillante, ha dejado una herencia maravillosa con siglos de antigüedad. El Chronomètre FB RSM no es otra cosa que un paso más dentro de esta centenaria sucesión de éxitos y creaciones inigualables: una pieza de semejante refinamiento, miembro de una tradición de exigencia y precisión no merece menos que el más alto renombre del mundo de la relojería.

Fotos: cortesía.

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