Sentirse como un extranjero en la propia tierra natal es una experiencia que, desgraciadamente, es compartida por millones de personas que no encajan en las expectativas sociales sobre cómo vestirse, expresarse, vivir y existir. La diversidad de raza, género, orientación sexual, etnia y cualquier otra característica variable es una parte importante de nuestra propia identidad, que dicta cómo comportarnos para acomodarnos a los conceptos establecidos al respecto. La pregunta “¿Qué quieres ser cuando crezcas?” implanta en las mentes más jóvenes una ilusión de control que no toma en cuenta los factores limitantes de nuestro origen, la respuesta infantil definida por los arquetipos comunes que la inocencia no cuestiona: El Doctor, El Arquitecto, El Vendedor. Un traje de dos piezas, una bata blanca de laboratorio, un rostro bello, un vocabulario particular, todas son expectativas impuestas sobre las profesiones escogidas. Una vez que identificamos nuestra identidad propia y las diferencias que presenta al contrastar con el arquetipo que perseguimos que nace el sentimiento de alienación.

Esta compleja situación se resume en una corta frase acuñada por Virgil Abloh, director creativo de las colecciones masculinas de Louis Vuitton: “¿Eres un Turista o un Purista?”. Los Turistas, para Abloh, son aquellos que aparentan estar alejados de las industrias más herméticas, especialmente en el mundo de la moda, en donde Abloh se considera a sí mismo como un Turista a medias dado su origen, que dista mucho del de otros diseñadores. Por otro lado, los Puristas son aquellos que nacen dentro de la industria, su vida y su trabajo encajan perfectamente en el arquetipo y los requerimientos sociales que se espera de ellos.

Esta eterna dicotomía de la vida de Abloh es explorada a través de la colección Otoño-Invierno 2021, que toma siluetas de las respuestas más comunes a la pregunta establecida (“¡Quiero ser Doctor!”, “¡Quiero ser un Vendedor!”) y tergiversa sus valores y tradiciones, invitando a cuestionar el estereotipo. La colección se presenta como un trabajo multifacético, como suele suceder con Abloh, consistiendo de tres grandes elementos: un cortometraje sobre la presentación de la línea en Seúl, con el conjunto musical BTS como modelos de la línea, un cortometraje/performance que toma el lugar del fashion show tradicional, y la colección en sí misma.

El tema principal de las piezas toma la construcción y siluetas más habituales de un lado de la moneda y hace algo inesperado con ellas: un atuendo de Purista realizado en materiales Turistas y un conjunto de Turista hecho a partir de elevadas telas Puristas. El resultado es un comentario social sobre los requerimientos de cada profesión y como vemos algunas prendas como más merecedoras de respeto que otras sin razón alguna.


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La colección usa verdes vibrantes, grises neutros, azules apagados, café y rojos elegantes en todos los conjuntos. La mezcla y disonancia de tela distinta es también un tema recurrente, dando un giro fresco y juguetón a la línea, mientras que algunos de los íconos previos de Louis Vuitton toman un segundo aire con la filosofía del upcycling que la Casa ahora promueve. Algunas piezas fueron hechas con tela sobrante de otros años, otras son ideas recicladas de colecciones previas, y otras más son prendas directamente tomadas de otras líneas que han encontrado nuevo propósito en esta temporada.

Algunos de los artículos más impresionantes incluyen un abrigo de cuero rojo con una silueta recta que resalta sobre el conjunto negro debajo de él, un traje completo hecho de dos tonos de gris en un patrón ondulante y decorado con botones-joya, y un abrigo de paneles largos y cola emparejado con una bufanda de faux-knit verde, que dan una silueta oversize que desafía el concepto de elegancia.

Otras piezas que sirven como statement en esta colección presentan una enorme flor en varios tonos en el pecho. Un saco café oscuro en piel es coronado por una gigantesca flor en tartán verde que combina con los zapatos deportivos del mismo color. Un blazer de tartán verde cubierto en los íconos y monogramas de Louis Vuitton está cubierto por una flor similar en verde oscuro, mientras que una chaqueta de lana negra con botones de joya presenta una flor tridimensional en verde esmeralda.

El artista conceptual Lawrence Weiner participó en esta colección implementando una serie de aforismos como patrones que van de acuerdo con la crítica de Abloh a la sociedad moderna y sus mitos. Las palabras “PUEDES JUZGAR A UN LIBRO POR SU PORTADA”, “EL MISMO LUGAR AL MISMO TIEMPO” y “(EN ALGÚN SITIO, DE ALGUNA FORMA)” están plasmadas en toda la colección con las técnicas de trompe l’oeil y filtrage elevando lo mundano.

 Los kentes, la vestimenta tradicional de Ghana, hacen una aparición en la colección como un recuerdo de la herencia cultural de Abloh, y un comentario sobre toda la línea: si se usan telas distintas a las tradicionales, ¿serían los kentes menos ghaneses, o la tela menos elegante? Así, un traje de tartán amarillo con verde se corona con una sábana de los mismos colores mientras que otra tela multicolor se envuelve sobre una sudadera gris o una camisa verde.

Abloh se permitió experimentar aún más, y en la presentación de Seúl, que involucró a la banda coreana BTS como modelos, presentó más siluetas inusuales en la moda masculina como faldas sobre pantalones en verdes brillantes, un saco de dos telas, en verde y morado de un lado, y naranjas brillantes del otro, y un conjunto completo de traje, camisa, corbata y saco con un patrón que recuerda a un grabado.

Las indiscutibles joyas de la colección, sin embargo, se pueden ver a simple vista. Primero, el look número 1, que asienta los conceptos para toda la colección. Un abrigo de lana negra parece simple de primera impresión, pero una inspección más cercana revela los hermosos botones de joya en forma de aviones de juguete, un símbolo global de la niñez, un motivo que se repite a lo largo de la colección. Un traje de lana negra y una camisa a rayas verdes y blancas completan este conjunto. Los últimos dos outfits son piezas de construcción y calidad impresionante: primero, una chamarra acolchada con la forma del horizonte neoyorkino aparece emparejada con pantalones de lana y sneakers LV Millenium, seguida de una chaqueta acolchada que representa la silueta de París, acompañada de pantalones blancos, ambas piezas expresando el viaje del Turista en la industria Purista. 

A fin de cuentas, ¿estamos atados para siempre por la forma en que decidimos vernos, nuestra composición genética o nuestro lugar de nacimiento? ¿Son las industrias y profesiones Puristas completamente inaccesibles para el común denominador? ¿Qué hay de los hombres comunes, pero extraordinarios? Quizá no haya una respuesta pronta ante estas cuestiones, con la normalidad cambiando constantemente, nos queda poco más que desear un estatus quo que se mantenga por un rato. Sin importar la respuesta “correcta”, y dada la naturaleza cambiante de la vida, los Turistas tienen sólo una opción: perseverar hasta que la pureza no sea una cualidad primordial, sino un recuerdo de costumbres arcaicas. 

Virgil Abloh logra una vez más presentar una profunda pregunta filosófica a través de su visión de la moda y su análisis de la infancia y la sociedad moderna. Con la inclusión de BTS y Lawrence Weiner, y las piezas de performance que incluye en la presentación de la línea, los limites de la moda se han expandido significativamente. Mientras que esperamos la siguiente colección, nos queda reflexionar sobre las preguntas que plantea Abloh, y cambiar el paradigma desde nuestras trincheras particulares. 

Fotos: cortesía.

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