Al norte de las tierras cálidas, lejos de las playas soleadas y paraísos tropicales, se encuentra un paraje de inmensa majestad. El Ártico, con su manto níveo y sus noches estrelladas, pareciera encontrarse en los bordes del mundo, en los lindes con lo irreal. A 200km del círculo ártico, en los bancos del río Torne encontrarás la pequeña villa de Jukkasjärvi, cuyo nombre significa “lugar de encuentro junto al agua”.  Es un lugar tranquilo, con apenas 900 pobladores y poco más de mil perros de trineo, en el que la vida transcurre apacible durante los meses del verano. En invierno, sin embargo, toma lugar un suceso maravilloso: cada año desde 1989, el Icehotel renace sobre el río como un fénix de la escarcha, un gigante cambia formas que rutila bajo las auroras boreales.   En su interior aloja múltiples pasajes extraídos de relatos de fantasía: esculturas de hielo virtualmente imposibles, escalinatas translúcidas y altos arcos congelados que te harán sentir como si estuvieras caminando por un sueño.

Cada noviembre, un equipo de diseñadores, arquitectos, ingenieros industriales y artistas de todos los rincones del mundo se reúne para traer a la vida a ésta mítica aparición en medio de la nieve. Para algunos incluso es su primera vez viendo nevar; parte de la premisa del Icehotel es la variedad de las visiones que se retratan en sus salas, por lo que a menudo buscan incluir entre sus filas a artistas y artesanos provenientes de regiones cálidas, para exponerlos a este nuevo material. El equipo interdisciplinario toma meses de arduo trabajo para construir el castillo de hielo sólido, aún con maquinaria especializada. Eso sí, el resultado es siempre único y maravilloso: una joya de arte efímero que no se volverá a ver jamás.

El hotel consta comúnmente de un lobby seguido de una serie de salas de exposición para las distintas obras del museo, además de un bar helado y un salón de ceremonias donde concertar bodas y eventos religiosos. En su interior también alberga 12 exclusivas suites, cada una proveniente del sueño de un artista diferente, y 15-20 habitaciones estándar en las que hospedarse y dormir sobre una cama hecha de hielo sólido cubierta de pieles para mantenerte caliente durante la noche. Si decides pasar la noche aquí, podrás explorar el hotel a tus anchas después de que se hayan ido los visitantes y maravillarte con el esplendor que sólo un castillo de hielo puede albergar.  

Por las amenidades no te preocupes; mientras que el Icehotel, por su naturaleza, no puede contener fuentes de calor, a tu llegada a tu suite serás provisto de todo lo necesario para pasar la noche cómodamente.  Además, un edificio de servicio estará siempre disponible en las cercanías con calefacción, baños, sauna y regaderas, así como el afamado restaurante del Icehotel, uno de los tres mejores de la Laponia Sueca. Las comidas aquí serán siempre espectaculares: servidas sobre platos de hielo si así lo deseas, y utilizando los mejores ingredientes que tiene la región para ofrecer.  En la Veranda, podrás sentarte a una enorme mesa de roble junto con el resto de los huéspedes del hotel para el espectáculo: dos chefs del equipo de Icehotel prepararán frente a tus ojos una cena de doce tiempos digna de la realeza, o, si lo que buscas es el ambiente acogedor del pueblo ártico, no deberás faltar a la cena en The Old Homestead, un museo/restaurante de 1768 que aún hoy en día es el preferido tanto de visitantes como de los locales.


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Mientras esperas tu noche de aventura y fantasía al interior del palacio de hielo, la villa de Jukkasjärvi estará feliz de recibirte en una de sus muchos chalets y hoteles, así como de proveerte con entretenimientos como esquí, paseos en trineo de perros, y caminatas por los míticos bosques de la región. Dos actividades imperdibles son los tours para ver las auroras boreales y las clases con los maestros escultores de hielo que hacen posible la magia del Icehotel, además de la posibilidad de encontrarse con los Saámi, el pueblo que ha habitado la Laponia desde épocas ancestrales.

En años pasados la maravilla del Ice Hotel se encontraba limitada a los meses de invierno, lo que quizá impedía a muchos de sus visitantes familiarizarse con la región fuera de los meses álgidos. Es por ello que en 2016 Icehotel 365 abrió sus puertas al público, listo para brindar la experiencia del hotel de invierno los 365 días del año, incluyendo las noches en sus gélidas habitaciones. Al interior de un gran edificio refrigerado, hogar de 20 suites únicas y exposiciones refulgentes, su permanencia te permitirá elegir tu época favorita del año para visitar el ártico y descubrir sus muchas bondades. En primavera los deportes de nieve son la regla, mientras que el verano trae los largos paseos por el bosque, deportes de río y un brillante sol que nunca se pone. En otoño, cuando la noche vuelve a la villa, lo hacen también las auroras boreales, y el bosque se viste de tonos de amarillo y rojo para recibirlas, y los pobladores de Jukkasjärvi se preparan para el renacer del castillo de hielo, que vendrá con lo profundo del invierno.

Sea cual sea la época en la que decidas visitar, no puedes perderte semejante aparición: el Icehotel es un museo de las maravillas, un paraíso glaciar y fantástico, en una tierra de ensueño que pareciera estar apartada de la realidad. Además, cada año que regreses habrá cambiado, por lo que siempre encontrarás una sorpresa al interior de sus puertas. Atrévete a adentrarte en la experiencia surreal bajo cero del Icehotel: nunca sabes qué podrías encontrarte.

Fotos: cortesía.

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