Dentro de la Hacienda Patrón, de manera minuciosa y delicada, cuidando cada etapa del proceso, se crean los productos Patrón, reconocidos por su producción detallada y artesanal que los caracteriza. Entendiendo cada paso como un arte, la dedicación del trabajo comienza desde la cosecha del agave azul tequilana Weber la cual conlleva un sistema ecológico de riego por ósmosis y cuya paciencia de los jimadores se pone a prueba en la espera de su completa maduración que tarda cerca de ocho años, sin embargo el valor de este tipo de agave radica en que posee el contenido de azúcar ideal para un buen tequila.

La experiencia se ha encargado de delimitar los métodos para lograr la creación de una bebida inigualable. Después de tratar y cuidar al agave por casi una década, los jimadores  expertos se encargan de revelar la piña, corazón de la planta, cortarla manualmente y hornearla en hornos de ladrillo para que todas las que ingresen lleguen al mismo punto de cocción, una vez listas, son aplastadas con un rueda tahona de piedra volcánica y un molino de cilindros. Todo realizado de manera artesanal para asegurar la calidad del tequila. Hasta este punto, la mezcla producida se fermenta por tres días, se destila y dependiendo del tipo  de tequila es el tiempo que se le deja reposar, si es Patrón Reposado, basta con dos meses pero si es Patrón Añejo se resguarda hasta por siete años. En este paso, la paciencia es la clave para permitir que el tequila alcance el punto exacto en el que pueda destilar su característico sabor.

El tequila es un elemento tradicional, cuya historia forma parte de la identidad de México y que sin duda,  es representativo de nuestro país a nivel mundial y como tal, merece tener un envase que lo represente, por lo que son artesanos mexicanos de la industria vidriera son los encargados de crear y moldear las botellas de Tequila Patrón.  Una vez que la bebida es embotellada hay que darle el toque de elegancia y autenticidad final que involucre un fino corcho portugués elaborado de manera sustentable o con un tapón del precioso Lalique, cristal francés.

Cada producto Patrón tiene cualidades únicas que los distinguen, sin duda alguna, los acabados de cada uno, brindan experiencias extraordinarias e incomparables. Mientras que el Gran Patrón Piedra con su color caoba profundo evoca un aroma a frutas secas y hongos, con dejos de roble francés tostado y tiene un sabor complejo con notas de agave, vainilla y hongos, el Gran Patrón Burdeos de color ámbar oscuro y con su olor a vino de burdeos, brinda notas de madera de roble, vainilla y pasas de uva.Tequila Patrón es para quienes disfrutan de un buen tequila, hechos en su totalidad de agave azul tequila Weber, logrando el equilibrio justo de sabores que al momento de degustarlos nos remiten a las barricas de roble americano y francés en las que fue añejado. Cada sorbo se traduce en una experiencia que despierta y  cautiva a los sentidos.

Por: Ana Paula Álvarez.

Fotos: Cortesía.

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